martes, 24 de enero de 2017

Reseña: "La hojarasca del ser" por Jonás Gómez en Sólo Tempestad




En el 2014 Natalia Massei publicó, a través de Baltasara Editora, el libro de cuentos Maraña. Si bien Massei ya había publicado cuentos en antologías (en base a la información que ofrece la solapa) este es su primer libro. ¿Este dato debe ser tenido en cuenta a la hora de leer/reseñar un cuerpo de textos? Cada uno tendrá su propia perspectiva sobre la situación.

Hay, en este conjunto de relatos, algunas vetas que se reiteran: el foco puesto en los vínculos familiares, el registro de lo cotidiano, la violencia latente entre los personajes. En la primera historia, “El ruido de la carcoma”, la protagonista, con un embarazo avanzado, vacaciona junto a su familia. En un contexto de desconexión con su pareja, y un ruido interno/externo creciente, decide irse, abandonar a los suyos a la buena de dios. Hay, en esta historia, quizás una de las más sólidas del libro, algunas imágenes cálidas y a la vez extrañas sobre el vínculo de la madre con el hijo por nacer. Un ejemplo: “Me detengo en una estación de servicio a tomar algo fresco. La bebida azucarada estimula al bebé que se mueve de un lado a otro. Me lo imagino nadando en agua dulce con los ojos cerrados”.

En “Tatuada”, tercer relato, un padre debe ir a la morgue a reconocer el cuerpo de su hija. En la historia hay un recuento de los vínculos sentimentales que mantuvo con hombres y cómo cada nombre se fue alojando en la piel. La situación de la trama, el peor escenario posible para un padre, podría ser suficiente para instalar un ambiente de dureza, pero hacia el final del relato Massei busca un giro extra, de palabras trascendentes, cuando quizás lo mejor hubiera sido dejar la cámara fija en la escena y que el lector permaneciera ahí.

En “Maraña”, el cuento que da título al libro, se inicia con el relato en primera persona de una mujer que recuerda su estadía en Madrid, años atrás, con un trabajo de camarera (guiño de época a los viajes argentinos en la década del 90) y un personaje al que se le intenta dar entidad, Bety, en esa ciudad poblada por inmigrantes en busca de una mejor vida. Ya en el primer párrafo se nos señala a Bety como personaje relevante en la trama (parte del relato está construido en torno a ella), pero esa suerte de promesa inicial no se termina de desplegar en las páginas finales.

En “Caja Negra” una madre y sus hijos (otra vez los vínculos filiales) caminan entre la gente en un patio de comidas de shopping. Con mucho acierto Massei pone el foco en el intercambio de comida por dinero, en ese ámbito de compradores, para pensar la economía, también, por fuera de los paseos de compra.

En el cierre del libro se encuentra “El cielo que estamos viendo es el pasado”, un texto que es partes iguales de relato de separación-mapa de lecturas en el que la protagonista se pasea por las cajas del quiebre de un vínculo-de una biblioteca. En un repaso breve por ciertos títulos de peso para la protagonista flota una pregunta para todo lector: ¿qué se hace con los libros, esos objetos en los que se deposita tanta subjetividad, tanta carga intelectual y emotiva, una vez que concluye la convivencia?

Maraña (2014)
Autor: Natalia Massei
Editorial: Baltasara Editora
Género: Cuentos

http://www.solotempestad.com/masseixgomez/